miércoles, 30 de mayo de 2012

IMPROCEDENTE

Yo soy la dosis,
la masiva ingestión
de sentimientos;
yo soy el barbitúrico
del tacto,
la falsa apreciación,
el sí de un viejo;
ególatra cansado de ser niño
que busca en tu entrepierna
el alimento.

He aquí la solución,
la alegría causada,
el improperio;
allí se muestra, mira,
no te ocultes,
ésta es la eucaristía del ateo;
el miembro se desgrana,
labios rotos,
la fuente agua blanca;
y aún no has vuelto.

Autovía de penas y desastres,
orgásmico vagar de un fundamento;
te fuiste desligando mis sofismas,
deidad que ahora me esperas
sin aliento;
traición de dos mujeres
que comulgan
con la muda respuesta;
Safo y Lesbos.

Expande brevedad
tus largos brazos,
en ellos crecerán
lo que no vieron.

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