No creo en las misiones,
ni en el rubor obsceno
con el que fui marcado.
Amanezco despacio,
con los puños cerrados,
listo para una lucha entre matrices
y Anticristos.
No habrá piedad para el indeciso.
No habrá salvación para el cobarde
tras la puerta.
Ha llegado el momento
del doble o nada.
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