Para no negar
me basto solo,
de ti la soledad
no me condena;
dentada realidad
de vuelo corto,
diodo para un viernes
y dos quejas.
La maldición deviene,
sombra muerta, torcida
y embustera;
pecado original,
soplo de vicio,
la hipérbole al final
de una escalera;
oráculo,
dolor a sueldo fijo,
extraña realidad
que se cuartea.
Hoy vencen los motivos
a las causas;
castrada realidad
sorda y sin lengua.
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