jueves, 23 de febrero de 2012

EL NÚMERO MÁSICO

Es la divinidad la que prospera,
no yo,
montón de esperma,
divo de las terapias
y los celos.

Con un sorbo de ti
cada ocho horas,
consigo anti-vivir digno,
salvaje aún por no saber
el tiempo que hace falta
para quebrar febrero.

Ha llegado el gran Judas
y colgará de nuevo
la razón de un olivo.

El Cristo de los pájaros
ha vendido todas
las jaulas.

¿Salidas de socorro?

Ayer sentí como una
se enganchaba a mi cuello
disfrazada de hilo musical,
de la impertinencia estrábica
que tienen los camiones
en la mirada.

Las Leyes Orgánicas
han quedado para otros.

Es de esperar
mientras dure mi exilio
de poeta.

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