Escarabajo blanco
de hierro y carretera,
hemíptero, verano,
cigarra que me espera,
hileras en hormiga
y en hormiga
la esencia
de la tímida larva,
que de mi amor se llena.
Volando y cuatro alas,
león, diente y plantago,
atraviesa mi abeja,
de miel
hermosa el prado,
posándose curiosa
de viento compulsado.
Y al dulce de sus ojos,
los míos se han cerrado,
al fin amaneciendo,
de ninfa
al otro lado.
Mundo nuevo, ignorado,
élitros y suspiro,
querer de religiosa,
mantis que en el delirio,
acabas con la duda,
devorando infinitos.
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