A veces,
escondo de algazara
mis silencios
y a tu lado me asomo,
mirando desde abajo
al infinito.
Y en la lluvia me cuelgo,
dejándome llevar
por tu mirada,
reflejada de charcos
en mi pecho.
A veces,
las palabras se mueren
en mis labios,
y de mudas se quedan,
inventando tu nombre
en las esquinas,
en un vagón del metro,
o en la canción perdida
de Tom Waits,
una mañana de resaca.
A veces,
el mundo se hace mío,
y tú,
del viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario