lunes, 12 de diciembre de 2011

PRESENCIALES

Hace ya tiempo,
el justo según otros,
que he perdido el pecado,
la  medias ambiciones,
el silábico amor
de un catalejo.

En la impura estadística,
el mundo encuentra un orden
en mi cuello,
un  marco de cuadrado,
el cromo ciento uno
que tú me regalaste
un día de vaginas.
y azul en el celeste.

Hacía frío.

Aun así,
por ver tu cara chica,
pernocté desdichado
en la pradera verde
de un cuarto de moqueta.

Felicidad.

Se suceden las pausas,
los vasos desvestidos
por el alcohol,
la falsa humanidad
de una sonrisa de litio
desgastada por la quietud
y una verdad a enteras.

Tristeza.

Alguien cosió en mi boca
el verbo impronunciable,
aquél que por tener,
los hombres matan.

Eternidad.

Hoy lo estoy conjurando,
y mi garganta quiebra
y se publica.

De todos modos,
la nada se acentúa.

Vida.

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