Noche de triunviratos
en los medios,
cambio de tercio,
varas, lencería;
ahogándose de alcohol
todos demandan
el ángulo castrado,
la noticia:
yo soy el reciclado
de los hombres,
el décimo invitado
a la partida.
Esparta vuela antigua,
con ella abren sus alas
los amantes;
escudo, espada,
casco y jabalina;
los senos de las vírgenes
triunfantes;
el campo de batalla
queda lejos,
un mundo reservado
a los cobardes.
Clérigo escarabajo,
colmena sin hexágonos
ni reina,
pequeño Vaticano
sin pecados;
llega la redención
de las trompetas.
Al fondo Jericó
yace dormida,
jugada cabalística,
refriega,
conflicto apasionado
entre dos moles
que aguardan de su lucha
las respuestas.
Absurda majestad,
no me señales;
el índice ha pasado
a ser poema.
De pasar a ser poema, sin catear el verso he pasado por Profecía...
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