Primer día de viejo,
de azul tambaleado
y de retoques;
Primera Comunión
con la explosiva
manera disidente
de ser joven;
privado exoesqueleto
que pregona:
yo soy la mutación
y tú el desorden.
Su vientre cambia
y falta,
y los dedos de Minos
se enderezan,
hierven de Omeprazol
butaca y silla;
informe semanal,
libro si letras;
orden civilizado,
yo me río,
maldita saciedad
que nunca llega.
Ella come despacio
sus inicios,
descabala veloz
lo que no inquieta;
ella teme al estar,
a lo encontrado;
la firma del acuerdo
se cancela;
hundido Lusitania,
se valiente,
el mar esconderá
todas tus cuentas.
Primer día de viejo;
ya ha pasado;
el golpe se repite
sin clemencia.
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