miércoles, 9 de noviembre de 2011

VIVIR EN PARTITURA

Reventaba palabras
a su paso;
acrónimo imparcial
de fuego y carne;
era tierra el origen,
parlamento,
el sínodo mensual
de los divanes;
fragancia en la ocasión,
juego de esencias,
cartógrafo de lindes
y  arquitrabes.

Conflicto en cuatro
manos,
reciclados instantes
que se archivan,
ripios de purgatorio
y hierba seca,
el  tres desempleado
de una riña;
detrás  de la parodia
el plebiscito,
maltrecho sainete
sin malicia.

Enterrado en el suelo,
a media luz de gas,
el centro cambia;
abandona la marcha
y el intento,
se vence,
martiriza,
contraataca;
perdón luce en su pecho
ensangrentado,
la insignia original
de aquel
que engaña.

Niebla en la percepción,
tacto sin hilos,
el llanto de una pila
sulfatada.

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