Solar segregación
de mil maneras,
que el azar antepone
a los caminos,
sexual ensoñación
de un cuarto oscuro,
robado por la luz
que da el destino.
Tragado por la tierra,
el número siniestro
cobra muerte,
y del embudo estrecho
se renace;
concéntrico vagar
de un mundo en verso,
marcado en Dos Pi Erre,
Norte y Haches;
arroyo acelerado
de unas manos
que buscan de las olas
el desastre.
He nacido inclinado,
prematuro alcaudón
que el orden clava,
mayoría de edad
y nueve metros,
que apartados de ti
ciegan y dañan.
Búscame en la renuncia,
pues ya cedo,
izquierda secuestrada
de la luna,
hállame liberado,
mar y fondo,
apartado cajón
de las excusas;
arco iris,
matriz cuando tú faltas,
enferma dignidad
sin sepultura.
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