miércoles, 23 de noviembre de 2011

TURBULENCIAS

Habla sabio el silencio,
levantando las costras
que supuran,
calla el sintagma roto
y engreído queriendo
en su verdad
ser partitura;
camino recorrido,
girasoles,
el tránsito impaciente
de una fusa.

Declíname despacio,
desmembrado Señor
de los Entonces,
procúrame sustento
y despedida,
perturba la razón,
sé mi pronombre;
acude,
ve,
proyecta,
manipula,
consulta el Vademécum
de los torpes.

Se ha cobrado la pieza,
el eterno soñar
de las rehalas;
ahí yace descosida,
ambivalente,
queriendo ser piedad
entre alimañas;
el ácimo sabor
se ha propagado,
ya no queda formato
en las pantallas.

Cayéndome en los círculos
comprendo;
el riesgo se ha igualado
con la calma.

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