miércoles, 25 de enero de 2012

EMISIONES

No puedo ser normal,
no quiero serlo.

No admiro las estampas
de los santos,
ni espero en devoción
ningún calvario.

Monte Carmelo.

Trepador de Avernos.

Usuario que sólo esperaba
registrarse en tu cama.

No me insultes,
no llenes de saliva las palabras
que nunca te dije.

Saltaban las alarmas
cada vez que entonabas mi canto.

Contracciones, artículos neutros,
predicados sin verbo ni futuro,
brotaban sin querer
de las persianas,
del tímido visillo,
de los naipes marcados
que tres horas de insurrección
sacaban de la manga.

El Atlas de tu cuerpo.

Geografía cansada de desiertos.

Y yo, el oasis.

Y la duna.

Y el temor cuadrado
de  las monedas.

No puedo ser normal
después de haber pactado
con la rueda dentada,
con el rojo señuelo
de los locos.

Tampoco te preocupes,
nunca quise serlo
sin ti.

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