Soy el próximo,
el valido del vértigo,
el incógnito pez
que obtiene su alimento
a base de nostalgia.
Mar y encefalograma,
vías muertas,
sonido intranscendente
que tensa las sogas
y el pulgar de un César
niquelado.
Los avales fracasan
y las bombillas
obtienen la inmortalidad
a cambio del miedo
a una canción pegadiza.
Es el año de los funerales,
de los necios,
de las regiones devastadas,
del precio puesto
a mi cabeza.
El año del güarismo
que siempre resta uno
al resultado.
No sé de causas
ni de enigmas.
Sólo era experto en ti
y en el sabor fecundo
de las noches sin ropa.
El año de las fugas,
de las estrofas en coma.
Me quedé sin cambio
y el suelo se llenó
de puntos suspensivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario