Hacinado irreal
que sobrevive,
botella en medio llena
y en par falsa,
castrada majestad,
desnudo,
brillo,
sangrado familiar
que el rojo empaña;
nudo de travesías;
me deshonro,
jurando lealtad
a aquel que alaba.
Cable desconectado,
serpiente de ciudad
buscando aliento,
gritos de cremallera,
permetrina,
liendres de libertad,
nación de muertos;
el filo se colapsa
entre los prismas,
placenta devorada
por los cerdos.
Y en la ovación
se clava,
arrugándose hostil
entre los dedos;
llega arañando inquieto,
permitido,
haciendo del antónimo
su sello;
cambio,
metamorfosis y rutina;
hormonas necesarias
para el término.
He cruzado los puentes
mutilado,
llenándome de fin,
temor y perros.
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