Nada veo indudable,
ni siquiera el regreso
o la partida;
juego de comodines
en las teclas,
“Rag Time”,
testud
y plataformas,
un mundo semanal,
táctil,
de encimas;
abajo en la consola
siempre caras,
pena del azafrán,
hebras y prisas.
Padre, reliquias,
mañanas preferentes,
hombre,
modos,
frío de incontinentes
y vitrinas,
saqueos y progreso,
todo en oro;
humano cabecilla,
soy ganado,
la res no preferida,
sólo un loco.
Chinche y esparadrapo,
feto de negación,
magulladura,
locura en veinte grados
dividida,
granito sin ortosa,
comisura;
llamada gratuita,
parto,
nalgas;
llegó el alumbramiento
de la duda.
¿En qué he fallado madre?,
¿Abro fuego?.
Imperium reservado,
coyunturas.
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